Desestimar los males lastima a la comunidad

Es una postura irracional, digámoslo de una vez, porque no se detiene jamás en observar las consecuencias y cómo éstas pueden afectar a otros por su insensatez

Porfirio Hernández
3 min readJun 7, 2020

A veces con asombro, otras con preocupación, escuchamos a algunas personas decir que la pandemia por el nuevo coronavirus es una invención de los gobiernos o que no existe tal virus; sus actos, en consecuencia, son de franca rebeldía hacia toda norma de prevención sanitaria, pues con ello demuestran la firmeza de sus convicciones.

Fuente: W Radio

Si bien se observa, ese escepticismo se repite en mayor o menor medida en casi todas las personas a propósito de los más diversos temas, al grado que bien puede identificarse como un rasgo de la «diversidad» social a que se refieren con indulgencia ciertos líderes políticos; la resistencia natural, dicen otros en docto acento, a seguir las creencias de la mayoría forma parte de la defensa de nuestra identidad individualista, destacable del resto por pensar y hacer la diferencia ante las reacciones del rebaño.

Es una postura irracional, digámoslo de una vez, porque no se detiene jamás en observar las consecuencias y cómo éstas pueden afectar a otros por su insensatez; refirámonos de nuevo a la situación actual de la pandemia: en el punto máximo de casos presentados en los hospitales, el escepticismo, aunado a la necesidad y el aburrimiento, predispone a amplios sectores a relajar las medidas de prevención de contagio del virus, sin previsión de lo que esto significa en la demanda del servicio sanitario no solo para las víctimas del virus, sino para quienes, guardando todo cuidado de los riesgos, se ven necesitados de atención médica por males antecedentes o simultáneos a la pandemia y que hoy se han visto marginados de los centros hospitalarios por éstos dar preferencia a los infectados por el SARS-CoV-2, agresivo y letal, impredecible e incurable; el riesgo de muerte de los segundos es directamente proporcional al índice de contagio y demanda hospitalaria de los primeros.

Fuente: W Radio

El mentado virus no existe, repiten unos, y con ello alivian, así sea verbalmente, la ansiedad de sufrir los efectos económicos de la contingencia sanitaria; se desmarcan del resto y con ello cuestionan la realidad, sin reparar en la línea de graves consecuencias que desatan directa e indirectamente. Visto en la escala nacional, y demostrado el número de víctimas mortales a consecuencia de la letalidad del invisible enemigo, se puede afirmar que del mismo modelo provienen la sed de venganza, el abuso de confianza, el hurto y hasta la violencia contra las personas más vulnerables en el propio hogar, pues en todos esos casos la realidad es cuestionada sin bases racionales, resuelta a capricho y cubierta con el velo de la obstinación, la ira, el miedo, la culpa o el prejuicio. Nada daña más a la sociedad que esa reacción en cadena de quienes suman a su propia angustia existencial, de suyo difícil de lidiar, la acción desequilibrante de la irracionalidad, como la he tratado en esta entrega.

Del riesgo de perpetuarla debemos prevenirnos también en estos tiempos: no es ni será útil a las sociedades, en vista de los retos que debemos enfrentar en todos los órdenes de la vida, hoy y mañana.

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Porfirio Hernández
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Written by Porfirio Hernández

Leo y escribo en Toluca, México. Me interesa divulgar las manifestaciones de la cultura y conversar sobre ello.

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