El teatro de cada día

A propósito del Día Mundial del Teatro en 2021

No, no me refiero a la comedia política mexicana de nuestro tiempo, sino al interesantísimo fenómeno cultural del teatro que hoy busca y en no pocas afortunadas ocasiones encuentra foros de expresión, limitadas desde el año 2020 ante la pandemia por el virus SARS-CoV2.

Actores, directores, productores… en general, la gente de teatro, se ha enfrentado a condiciones muy difíciles para ejercer su profesión y, por ende, obtener ingresos para vivir, de ahí que al celebrar el Día Mundial del Teatro, fecha emblemática de este maravilloso arte colectivo, recordemos el papel del público en las historias, situaciones, anécdotas, ambientaciones e instalaciones puestas en escena con que el teatro se manifiesta.

La Red ha servido al propósito de conectar nuevamente al público con el fenómeno teatral, al convertirse en espacio privilegiado que se mantendrá, estoy seguro, aun cuando los foros teatrales se habiliten para recibir al público de nuevo; he visto representaciones en vivo en la internet que me transmiten el arte histriónico y la emoción ante una historia a través de la pantalla: no importa el medio, el teatro, si está bien hecho, logra su cometido, que es presentar al público una pregunta, un conflicto, una situación, y que éste se responda a sí mismo al reconocerse en ello.

Desde luego, esto lo sabe mejor que yo la gente de teatro. Siempre, el teatro se abre paso en las sociedades porque es la expresión natural de los problemas mayores de ellas; a través del teatro la gente mira sus atavismos y entelequias y cobra conciencia; no puede ser de otra forma, porque el teatro enfrenta, cuestiona, dice las verdades que, a veces, no queremos oír. El teatro es el abuelo sabio, la madre protectora, el hermano diligente, a cuyo hogar podemos acudir para recibir consejos, nacidos de decirles la verdad; el teatro nos dice esa verdad, por eso seguimos acudiendo a él.

En mis conversaciones con el maestro Carlos Olvera (1940–2013), hombre fundador, escritor, realizador, formador e investigador de teatro, padre del teatro universitario en el Estado de México, pude escudriñar esa dimensión social y profundamente individual del hecho teatral y sus implicaciones en la vida cotidiana de la gente. El teatro, decía el maestro, ocurre en cualquier momento, pero preparándolo a conciencia, con objetivos, disciplina y conocimiento, propicia que el encuentro entre el público y el arte sea realmente significativo.

El teatro nos convoca. Respondamos a su llamado.