La importancia de habituarse a leer desde la infancia

Porfirio Hernández
3 min readApr 5, 2021

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Leer es un proceso que en todas las edades pone en práctica la capacidad que tiene el individuo para transitar con plena confianza en su mundo interior, comúnmente llamada imaginación; leer es un acto de conocer mejor la realidad, del que nuestro pensar y nuestro sentir son reflejo, pues «el mundo es mi representación», como postuló Arthur Schopenhauer (1788 – 1860), y de quien son herederos los estudiosos de la mente humana en el siglo XX.

Ya el poeta William Blake (1757 – 1827) atribuía a la imaginación la existencia humana en su totalidad, pues no se trata de un estado de conciencia, sino la ejecución de mi mundo interior al servicio de un entendimiento; es una necesidad, no una característica, que constituye al ser humano a lo largo de su vida.

Vale la pena esta pequeña precisión, pues hoy para muchos imaginar es equivalente a divagar, sin rumbo ni orientación, por ensoñaciones de propósito indefinido; en consecuencia, leer literatura es semejante a evadirse por los caminos de esa realidad informe y que poco sirve a la vida práctica y productiva. Nada más alejado del profundo significado de la imaginación creadora que se activa cuando leemos literatura, en cuyo lenguaje se recrean situaciones, ideas y hasta variedades lingüísticas útiles para comprender el entorno y la individualidad propia; precisamente así opera en la mente infantil, ya que materializa el mundo interno de los deseos, al darles especificidad, dimensión y lógica en la narrativa del mundo en el que aprenden, se desenvuelven y adaptan niñas y niños.

Sin embargo, esa aprehensión no es lineal ni fluye como la continuidad de la experiencia adulta, básicamente porque al infante le falta el conocimiento cimentador: todo en él es tanteo, audacia, aventura, conquista incansable de información y práctica, en el que caben conceptos, palabras y símbolos, apoderables mediante el lenguaje, principalmente, el mismo material con el que están hechos los libros.

Por eso es relevante la formación del hábito de la lectura desde la infancia: es una sólida vía de comprensión de aquellos huecos que deja suspendida la realidad adulta, ajena a la mente infantil; al mismo tiempo, la lectura y la imaginación son terreno idóneo para singularizar la subjetividad del individuo en sus dimensiones ética y social, ya que contribuye a sostener su estructura psíquica en formación, cual es la función de todos los estímulos, incluido el juego.

¿Hay dudas acaso sobre la importancia de la formación lectora en niñas y niños? Es cierto que aún nos falta mucho por comprender en este ámbito del quehacer humano, pero tenemos los elementos, la intuición, las técnicas, el contexto necesarios para comenzar. No perdamos la oportunidad.

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Porfirio Hernández
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Written by Porfirio Hernández

Leo y escribo en Toluca, México. Me interesa divulgar las manifestaciones de la cultura y conversar sobre ello.

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