La lectura en México en 2024

Resultados del MOLEC, levantado en febrero de 2024

Porfirio Hernández
3 min readApr 28, 2024

La reciente publicación de resultados de la encuesta sobre hábitos de lectura de la población mexicana realizada por el INEGI (Módulo de Lectura 2024) revela datos que llaman a la reflexión sobre cómo están incidiendo las políticas públicas en la materia y el comportamiento de la familia en el fomento de la lectura entre la población infantil, por citar dos ámbitos estadísticamente soportados en estos resultados.

Al margen de examinar el comportamiento general de la población hacia el consumo de materiales de lectura, cabe destacar que el promedio de libros leídos al año por la población lectora es de 3.2, número que contrasta con el alcanzado en 2022 (3.9) y muy coincidente con el del año 2018 (3.1), en una fluctuación anual que no muestra tendencia creciente desde 2015 (3.6), primer año en que se midió este comportamiento.

Si se considera este número en el contexto de la proporción de la población mexicana que lee mayor a 18 años (69.6%) y su tendencia en los últimos nueve años, veremos entonces que quienes leen libros por hábito no solo no se han incrementado, sino al contrario, cada vez son menos personas, pues en 2015 la proporción de población lectora nacional mayor a 18 años fue de 84.2 por ciento, es decir, 14.6 puntos más que en este 2024.

A esta conclusión se agrega el promedio de lectura por sesión, que es de 41 minutos (que no ha variado en estos últimos nueve años, pues en 2015 fue de 40 minutos), y el grupo etario que más lee: la población que tiene entre 18 y 24 años lee libros en mayor proporción (70.5) que cualquier otra franja de edad, como la que tiene entre 25 y 24 años (65.1). Es decir, se lee más en la primera etapa de la vida adulta.

¿Qué nos motiva a leer y a mantener ese hábito en la primera parte de la vida adulta? La mayoría de las personas encuestadas (58.1%) afirmó que el principal fue la existencia de libros diferentes a los textos en casa, y en segundo lugar (51.0), la condición de ver a los padres o tutores leer, lo cual nos confirma que el ejemplo y la presencia de libros en casa es la principal estrategia para fomentar la lectura, pues no hacerlo tiene una incidencia directa en el desinterés por leer, ya que casi siete de cada diez personas que leen tenían libros en casa, mientras que en quienes no tienen ese interés la proporción es de casi cuatro por cada diez.

Los resultados tienen aún más aristas que vale la pena considerar en la reflexión, por eso continuaremos con estos datos recientes. Vayan estas primeras consideraciones para alimentar nuestra reflexión en torno de lo que estamos haciendo como sociedad para impulsar una cultura del libro y la lectura que nos permita avanzar en la comprensión del entorno que nos rodea y cómo podemos transformarlo a nuestro favor y el de nuestra comunidad.

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Porfirio Hernández

Leo y escribo en Toluca, México. Me interesa divulgar las manifestaciones de la cultura y conversar sobre ello.