Ser para saber
Para el filósofo Séneca (4 aC — 50 dC), los bienes son patrimonio de todos, pues compartido es su origen; no es casual que la palabra ‘patrimonio’ tenga la misma raíz que la palabra ‘Patria’, ambas referidas a ‘padre’, fundador de la unidad familiar y la comunidad desde las primeras organizaciones humanas.
Por ende, los bienes contienen esa raigambre comunitaria, si entendemos que los bienes son expresión de la diversidad humana y su historia.
Uno de esos bienes es el saber. “Si la sabiduría se me otorgase bajo esta condición, de mantenerla oculta y no divulgarla, la rechazaría: sin compañía no es grata la posesión de bien alguno”. El conocimiento y la posibilidad de compartirlo son concomitantes, porque el conocimiento es por sí mismo un hecho colectivo.
¿Qué sabemos? El gran ensayista mexicano Alfonso Reyes (1889–1959) escribió: “Todo lo sabemos entre todos”, para subrayar el rasgo elemental del concepto: no tiene límites, como tampoco los tiene la libertad del ser humano para crearlo a cada momento.
Saber es existir. La doctrina hinduista advaíta, que afirma la unidad entre las almas humanas y la divinidad, sostiene que el acto de existir es idéntico al hecho de saber: ser (sinónimo de existir) y saber (sinónimo de conciencia) tienen idéntica fluidez en la realidad y la existencia toda, porque el saber requiere del ser consciente, como éste de aquél para existir.
A ello se agrega otra cualidad inmejorable del saber: nos transforma como individuos. Mi lectura de las cosas no es la misma hay que diez años antes, no se diga más tiempo. Cambiamos, y al hacerlo nos descubrimos plenamente gracias al saber, bajo las formas de la experiencia y del recuerdo, ambos resguardatarios del saber adquirido; envejecer es, a su manera, preservar el saber para divulgarlo, pero mejorado. De esa manera, el ser se vuelve esencialmente un transmisor del conocimiento, sea sistematizado o no.
Eso era Séneca, un filósofo que escribió su pensamiento hace 20 siglos y con ello enriqueció nuestro saber y comprender del mundo actualmente. ¡Cuánto debemos al pensamiento de quien fuera un fundador de nuestra visión del mundo!
