Soñar es útil

Porfirio Hernández
3 min readNov 27, 2022

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Desde la teoría del psicoanálisis de Sigmund Freud y el papel de los sueños en la revelación del inconsciente a principios del siglo XX, el estudio del cerebro humano y el papel de los sueños ha tenido una evolución constante que nos ayuda a explicar mejor la función de éstos en el desarrollo de todas las capacidades humanas y de sobrevivencia a que debemos responder en el día a día, pero sobre todo, porque a través del sueño cumplimos nuestros deseos más ocultos y urgentes, aspecto necesario para funcionar sin arrebatos emocionales descontrolados en la cotidianidad.

Suena exagerado, lo sé. Sin embargo, basta observar a quienes padecen alteraciones del sueño y no logran el descanso que éste provee normalmente para el funcionamiento del organismo humano: pérdida selectiva de la memoria, confusión temporal, cansancio extremo y una lucidez extraña, como de quien observa el mundo detrás de un cristal que le impide acercarse a la realidad con todos los sentidos a punto.

Otra de las funciones sustanciales del sueño se refiere, desde luego, a la oportunidad que nos da de recordar con mayor precisión, o para encarar un reto de una manera distinta. ¿Cuántas veces hemos despertado con la sensación de haber visto y resuelto con claridad un conflicto o dificultad que no sabíamos cómo abordar? Esto sucede porque en el sueño ocurren procesos de la memoria que en la vida consciente no pueden efectuarse porque la memoria desarrolla funciones de otras características, más inmediatas y funcionales para el desenvolvimiento cotidiano.

No obstante, así como recordamos aspectos olvidados en el sueño, éste también nos ayuda a olvidar información innecesaria. Es sabido que en nuestro cerebro hay diez mil billones de conexiones neuronales, creadas a partir de lo que pensamos y hacemos diariamente. El estudio de las células del sistema nervioso y su incidencia en el comportamiento indica recientemente que el sueño actúa como un mecanismo de aprendizaje inverso, pues mientras dormimos el neopalio desconecta la actividad neuronal innecesaria del aprendizaje diario; de no hacerlo, el cúmulo de información sin filtro alteraría las redes de conocimiento nervioso y de comportamiento activo, síntoma denominado hipermnesia que prefiguró con claridad Jorge Luis Borges en su ya clásico cuento “Funes el memorioso”, personaje que no puede depurar sus recuerdos y, por ende, no puede hacer abstracción de sus pensamientos, mecanismo necesario para analizar (y resolver) cualquier problema.

Por eso soñar es útil y necesario. Nos ayuda a recordar y a olvidar. Nos facilita el cumplimento de deseos y evita la ansiedad y el estrés. En este sentido, es justo decir que el mundo contemporáneo necesita soñar más y producir menos. Dormir placenteramente puede ser la salida más clara a la angustia de nuestro presente. Al tiempo.

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Porfirio Hernández
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Written by Porfirio Hernández

Leo y escribo en Toluca, México. Me interesa divulgar las manifestaciones de la cultura y conversar sobre ello.

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